¿Por qué los astronautas llevarán plantas a la luna en 2026? Los detalles del plan de la NASA
La NASA planea instalar un pequeño invernadero en el satélite de la Tierra para evaluar cómo afecta la radiación espacial y la microgravedad a los cultivos.
El Programa LEAF de la NASA se aboca al estudio de la agricultura lunar.
Estados Unidos acelera en la nueva carrera espacial: la NASA ha dicho que el regreso de seres humanos a la Luna se concretará hacia fines del año 2026. Antes, enviarán naves tripuladas que sobrevolarán aquel entorno, sin tocar su superficie. El reinicio de la aventura —ninguno de nuestra especie llegó a ese paraje desde 1972— involucra nuevos desafíos. Entre ellos, la fabricación de hábitats para estadías de largo plazo. Así, la presencia prolongada en suelo lunar servirá como trampolín para viajar a otros planetas, comenzando por Marte.
Mientras las misiones Artemis avanzan y preparan los próximos pasos, la NASA ha seleccionado a tres proyectos científicos que se desplegarán en el satélite natural de la Tierra. Uno de ellos es LEAF, una iniciativa que se dedicará a estudiar el comportamiento de los cultivos en la superficie lunar.
LEAF, el proyecto que pondrá plantitas en manos de los astronautas lunares
Las siglas con las que se conoce el proyecto corresponden, en inglés, a “efectos de la Luna en la agricultura y la flora”.
Según explicó la NASA, “LEAF será el primer experimento para observar la fotosíntesis, el crecimiento y las respuestas al estrés sistémico de las plantas en la radiación espacial y la gravedad parcial”. Así, el propósito del programa es brindar datos a los científicos para comprobar si los cultivos en la Luna servirán como alimento para los humanos, una variable clave para la supervivencia en aquel entorno alejado de la Tierra.
Cultivos en el espacio: los antecedentes
Las plantas que los astronautas llevarán a la Luna en el marco del proyecto LEAF no serán las primeras en aquel sitio. Tal como recuerda Space, China ya hizo lo propio con el algodón, cuando en el 2019 envió una misión robótica, Chang’e 4, a la cara oculta del satélite natural.
Además, en la Estación Espacial Internacional (EEI), un laboratorio que orbita a unos 400 kilómetros de la superficie terrestre, operado por diversas agencias internacionales, se realizaron numerosos experimentos con cultivos. Con diferentes resultados, allí se han plantado lechugas, tomates y rabanitos, entre otros ensayos.
LEMS y LDA, las otras iniciativas seleccionadas por la NASA en su camino a la Luna
Tal como señalamos, además de la iniciativa que llevará plantaciones, la agencia espacial de Estados Unidos seleccionó otros dos proyectos, de cara a su regreso a la Luna. Uno de ellos es LEMS, que usará sismómetros autónomos para buscar terremotos lunares.
Por su parte, LDA estudiará el regolito lunar para mediar la capacidad de propagación de un campo eléctrico. El instrumento que emplearán “recopilará información esencial sobre la estructura del subsuelo de la Luna, monitoreará los cambios dieléctricos causados por el ángulo cambiante del sol a medida que gira y buscará posibles formaciones de escarcha o depósitos de hielo”, explicó la NASA.
Entre los diversos propósitos del esperado retorno a la Luna se destaca la búsqueda de agua en aquel entorno, un recurso que será clave para las mencionadas estadías de largo plazo y para el funcionamiento del instrumental. Diversas investigaciones coinciden en la presencia de la sustancia en forma de hielo, en el polo sur lunar.